Sofía, una estudiante universitaria de 21 años, comienza su día revisando mensajes de WhatsApp desde su celular mientras se prepara un café. Al mismo tiempo, abre su laptop para ingresar a su clase virtual de comunicación digital y enciende su tablet para seguir un tutorial de diseño en YouTube. Durante la clase, navega en Twitter para leer noticias, responde correos en su laptop y actualiza su historia en Instagram. Esta rutina de conexión simultánea se ha vuelto parte esencial de su día: mientras estudia, trabaja y se entretiene, sus ojos y atención saltan constantemente de una pantalla a otra. No solo consume contenido: también lo produce. Sube reels de sus avances de diseño y contesta comentarios casi en tiempo real.
Por la tarde, mientras ve una serie en su smart TV, realiza tareas desde su laptop y sigue un hilo en Reddit sobre marketing digital desde el celular. Sofía no solo vive frente a pantallas, sino que interactúa con ellas de forma constante y paralela. Su comportamiento refleja una nueva forma de presencia digital: no fragmentada, sino extendida. Para ella, la multipantalla no es una distracción, sino una estrategia para adaptarse a un entorno hiperconectado y exigente, donde la rapidez y la interacción inmediata son la norma.

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