
Renata es una joven de 18 años que está viviendo un momento decisivo en su vida: el momento de escoger una carrera universitaria que la impulse a lo más alto del mundo. Lo que ella aún no sabe es que la tecnología juega un papel muy importante en esta elección.
Renata comienza su día en TikTok, como muchas chicas de su edad, ¿no? Luego pasa a Instagram, donde busca universidades. Entra en una o dos páginas que prometen ayudarte a elegir una carrera, pero ninguna lo logra realmente. Mientras tanto, enciende la televisión para ver las noticias del día y mantenerse informada. Se encuentra en un círculo constante de consumo digital, atrapada por la tecnología, sin darse cuenta… hasta que su mamá entra a su habitación.
Habían acordado que tendría un año sabático hasta decidir qué estudiar, pero el trato era que hiciera algo productivo con su tiempo. Entonces, Renata se dio cuenta de cuánto tiempo pasaba utilizando tecnología y decidió investigar por qué las redes sociales resultaban tan envolventes.
Comenzó a anotar cada movimiento que realizaba en redes sociales para descubrir algún patrón. Más adelante, descubrió que eso se llamaba métrica web. Se fijaba en el número de vistas que tenía una página o un video, y en la importancia de estos datos para que un contenido se volviera viral en redes sociales.

Observaba qué tipo de contenido lograba que se detuviera a explorar una página completa y, eventualmente, convertirse en seguidora. También notaba qué contenido no lograba atraparla, provocando que solo lo recorriera rápidamente antes de abandonarlo. Sin saberlo, estaba analizando KPI (indicadores clave de rendimiento), como la tasa de rebote, el tiempo de permanencia, o la interacción con el contenido.
Pasaron algunos meses, y Renata había reunido un gran trabajo de investigación, el cual publicó en su página personal para que las personas pudieran tomar conciencia sobre la poderosa y muchas veces amarrante influencia de las redes sociales en nuestra vida diaria.
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