Ana, una estudiante común pero mucho más inteligente que los demás. Se encontraba muy nerviosa y cansada después de haber estudiando casi toda la madrugada para ese examen que era tan importante. Pues la nota, definiría el curso de su vida.

Ana estaba a punto de dar el examen para el ingreso a la universidad más importante de su país, si no era aceptada, su sueño se iba a destruir. Se encontraba en el escritorio de su dormitorio frente a su computadora, esperando que sean las 9 en punto de la mañana para comenzar a rendir su examen; solo eran ella y varios dispositivos a su alrededor.

Se acercaba la hora y desde su celular, entró en un link de Zoom que le habían proporcionado. Pues era obligatorio tener la cámara encendida todo el tiempo mientras realizaba su examen. Con la mano temblorosa y un poco sudada, por fin se decidió a dar clic en: unirse a esta reunión. Lo primero que vio fue la cara de una mujer un tanto miedosa. Para calmarse un poco, decidió conectar sus audífonos en la computadora y poner música en YouTube.

Posteriormente, abrió una nueva pestaña y desprendió el cuestionario de las 50 preguntas. Comenzó a desarrollarlas en la aplicación de notas de la Tablet que antes de empezar con el examen, había pedido prestado a su mamá. De esta manera, con Ana perdida en sus pensamientos, en la música y en la mirada fija de su profesora detrás de la pantalla, pasó una hora. Cuando Ana terminó, la profesora indicó que debía tomar captura de pantalla del desarrollo de las preguntas y subir inmediatamente a una plataforma. Ana hizo eso, había respondido todas las preguntas y estaba agotada. Envío todas las imágenes, apagó su computadora, cerró la sesión de Zoom de su celular, devolvió la Tablet a su mamá y a pesar de que no iba a concentrarse por estar pensando en el resultado de su examen, se echó en su cama a ver una película en su televisión.

Después de haber leído esta historia, te habrás dado cuenta que todos somos Ana todos los días de nuestras vidas. La tecnología se ha vuelto una extensión de nuestro ser y es imposible imaginarnos una vida sin pantallas.

Hecho por: Luciana Abarca, Paula Piedra, Melani Suntaxi y Agustín Lara.